Testimonio de Ismael
11/05/2019
Al poco de ver a mis padres, aunque los sentía, dejé de verlos.
La verdad que esto que os comento es un poco extraño. Al poco de ver a mis padres, aunque los sentía, dejé de verlos. Un hombre, que no sé quién es, de nombre Jorge o Bernardo, se acercó a mí. Me dijo: La frustración y el desánimo son fruto de la mente. Los sentimientos son del ser que realmente somos. Aquí no existe la mente, por eso siempre estamos felices.
Esto es muy raro, porque apareció en mi cabeza, y no sé si fue mi imaginación o realmente se comunicó, conmigo.