Aunque los lazos materiales desaparecen con a muerte de un Ser Querido,
los espirituales se fortalecen cuando nos unimos con ellos en oración.
13/04/2019
Siempre he tenido la convicción de que nuestros seres queridos que fallecen estaban en otro lugar esperándonos. Creo que es algo que todos o casi todo el mundo tiene claro. Pero quiero contaros mi experiencia y gran sorpresa. Soy católica y como tal siempre he estado en contra de aborto. Creo que si Dios nos da la vida, Él es el único que puede quitárnosla. Pero nunca me había parado a pensar en que ocurre con esas almas que mueren antes de nacer. Quizás si lo pensara pero lo entendía como "algo que no había llegado a ser". No sé si me explico.
Siempre he tenido la convicción de que nuestros seres queridos que fallecen estaban en otro lugar esperándonos. Creo que es algo que todos o casi todo el mundo tiene claro. Pero quiero contaros mi experiencia y gran sorpresa. Soy católica y como tal siempre he estado en contra de aborto. Creo que si Dios nos da la vida, Él es el único que puede quitárnosla. Pero nunca me había parado a pensar en que ocurre con esas almas que mueren antes de nacer. Quizás si lo pensara pero lo entendía como "algo que no había llegado a ser". No sé si me explico.
Bien, hace unos doce años me quede embarazada. Ya era madre de una niña de 2 años, pero tanto mi marido como yo deseábamos con todas nuestras fuerzas tener otro hijo.
Era un bebé muy deseado, pero Dios no quiso que naciera y a los pocos meses de embarazo empecé a perder sangre. Me recomendó el médico reposo, cogí la baja laboral. Me cuidé como no podéis imaginar para que mi bebé llegara al final. Pero no pudo ser y una noche me tuvieron que ingresar en la clínica y lo perdí. Fue muy doloroso tanto física como psicológicamente.
Dios me dio fuerzas, soy fuerte y cargada de optimismo, así que no me rendí y gracias a la ayuda Divina, a los dos años tuve otro hijo, al que adoro y que es la alegría de mi vida.
He pensado muchas veces en ese niño que no nació, pero no pensé que estuviera como está, en el cielo.
He participado en algunos vuelos con los buenos de José Luis y Encarnita, a quienes vuelvo a dar las gracias por la ayuda que nos dan. Aunque yo no he logrado “ver” nada todavía, y digo todavía porque no me rindo y sé que lograré volar como ellos lo hacen, Encarnita en mi primer vuelo me dijo que vio a mi hermana con un niño. Le preguntó que quién era y respondió que era su sobrino. Nadie de quienes estaban conmigo participando en el vuelo sabía lo de mi aborto. Dios mío!!! Era mi hijo, está en el azul con mi hermana y con el resto de mi familia. No sabéis las ganas que tengo de poder ver su carita, de sentirlo y de poder darle el cariño y el amor de madre que no he podido darle aquí en la tierra.
Él sabe que le quiero y que le hubiera dado todo mi cariño aquí en la tierra, pero muchas veces me paro a pensar en esos bebés no nacidos que se van al azul, y que no sentirán el amor de sus madres hacia ellos. Si es cierto que tendrán el amor de Dios. Pero no el de una madre que deseaba amarlo aquí en la tierra.
Como os he dicho, soy católica y hace poco hablé con un sacerdote con el que tengo mucha confianza. Estuvimos hablando de la muerte y de la vida en el más allá. Me ratificó lo que yo pensaba o lo que mis convicciones me decían. Incluso me dijo que mi hijo estaría en el cielo esperándome.
Es un gran consuelo saber que ellos están allí, esperándonos, cuidándonos desde el cielo, enviándonos su amor, aunque muchas veces no lo percibamos. Desde que entré en el Vuelo de la mariposa, me siento más cerca de mi hermana y de mi hijo. Voy a seguir intentado hacer el vuelo, y el día que lo logre, os aseguro que será uno de los más felices de mi vida.
Doy de nuevo las gracias a Jose, a Encarnita y a todos los que participan de esta maravillosa experiencia de amor, de espiritualidad y de entrega a nuestros seres queridos que han partido.
Gracias a "El vuelo de la mariposa"
Marina